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Justa Díaz de Vivar

Justa Díaz de Vivar nació en Corrientes en 1893. Inició sus estudios artísticos con Adolfo Mors y luego se trasladó a Buenos Aires, donde ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes. En dicha escuela fue discípula de Martín Malharro, quien, llegado a principio de siglo de Europa, fue el verdadero introductor del impresionismo en el país. De regreso a su provincia tomó clases con Antonio Pedro Ballerini. Ejerció la docencia artística en la Escuela Normal de Maestras Dr. Juan Pujol durante muchos años y se constituyó en una de las figuras más representativas de la cultura correntina, en razón de sus afinidades literarias, su conocimiento del país y países vecinos y, fundamentalmente, su participación en todos aquellos acontecimientos progresistas que sucedieron en su época. 

Conformó, con Ballerini y Negro la trilogía más representativa del impresionismo local y con Ebe Egeria Berti la presencia femenina más sobresaliente de la plástica correntina fundacional. En su larga actividad artística Justa Díaz de Vivar participó en exposiciones individuales y colectivas, como también en salones provinciales y nacionales, en algunos de los cuales se hizo acreedora de importantes distinciones. En 1911 obtuvo una medalla de oro en la exposición del Centenario del Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina; en 1943, medalla de oro en el Primer Salón del Litoral del Nordeste Argentino, en la ciudad de Paraná, y en 1948 una mención en el Segundo Salón de Artes Plásticas de A.C.Y.A.C., Curuzú Cuatiá. 

En 1933 integró, junto a Ballerini, el jurado del salón con el que la Academia de Bellas Artes local celebró sus bodas de plata (cuyo primer premio obtuviera José Negro).

Falleció en 1968.

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