El patrimonio artístico del Museo de Bellas Artes "Dr. Juan R. Vidal" tiene su origen en la fundación misma de la institución en 1927 junto al entonces Museo Histórico, Colonial y de Bellas Artes, cuyo desdoblamiento en dos museos se produciría en 1965, acrecentándose con el tiempo y hasta la actualidad a través de procesos de donaciones, adquisiciones y legados, fundamentalmente.
El origen de los primeros museos del país debe encontrarse en la adquisición de obras, donaciones o legados de coleccionistas. La historia del arte en la Argentina registra el nombre de varios mecenas, perpetuado en los nombres de las colecciones, patrimonio de las instituciones, -y casi siempre condición testamentaria- José Prudencio de Guerrico, Mercedes Santamarina, María Luisa Bemberg, entre muchos otros.
Colección señera es la conformada por 37 obras de artistas argentinos, conjunto adquirido gracias al legado testamentario de Félix Bunge, conspicuo empresario agro ganadero bonaerense, mecenas de artistas y deportistas. Conforman esta colección obras de autores significativos del arte nacional cuya formación académica –perfeccionados en los grandes centros europeos de la época- y consolidados en sus trayectorias en el país contribuyen al alto valor artístico del patrimonio del Museo.
Artistas locales de innegable trayectoria –fundadores de las artes plásticas correntinas- y discípulos de maestros academicistas y formadores a su vez de otros tantos cuyas obras también integran los fondos del Museo Vidal donaron parte de sus colecciones como lo son las colecciones Ballerini compuesta por catorce óleos y la de Ofelia Quiroga de Róveda por diecisiete grandes lienzos que ilustran mitos y leyendas guaraníes. La colección Luis Macaya está formada por 14 dibujos que ilustran el libro de los hermanos escoceses Jhon y William Parish Robertson “Cartas de Sudamérica”.
Mención especial merece una de los últimos conjuntos de obras adquiridas con la finalidad específica de su itinerancia, dieciocho pinturas que representan diversas expresiones estéticas sobre la figura del Gauchito Gil.
En los últimos años el Museo Vidal viene incorporando a su patrimonio una colección de obras con lenguajes contemporáneos diversos, obras rigurosamente seleccionadas y laureadas en Salones de proyección regional e internacional, como lo es la inclusión de la Región ARPA, que incluye a la República del Paraguay. La presencia del Museo con un stand institucional en la prestigiosa Feria arteBA de la ciudad de Buenos Aires ha permitido la adquisición de obras de artistas de vanguardia de las artes visuales de nuestro país.
Siendo en su esencia, denominación y continuadora de instituciones académicas decimonónicas, alberga en un gran porcentaje obras que responden a los gustos estéticos imperantes a fines del siglo XIX y primeras décadas del XX como son los géneros del retrato, paisaje y bodegón.
La construcción de una identidad nacional se ve reflejada en autores que pintaron a personajes y paisajes tendientes a reforzar esa cimentación de una imagen nacional, conducida también por la normativa de los reglamentos de Salones y concursos y las selecciones del jurado, que sostuvieron esta iconografía. La crítica de arte también contribuyó a esta visión estética promoviendo la distribución de sus valores entre el público.
Desde comienzos del siglo XX, en la sociedad argentina se observa la preocupación de diversas asociaciones tanto para fomentar el desarrollo de la cultura como para proteger el patrimonio artístico e histórico. En forma simultánea se registra el inicio del coleccionismo particular y la creación de instituciones para atesorar el legado y promover la producción artística. En el período que va desde 1880 a 1920 tanto el Estado como las iniciativas privadas estimularon la institucionalización de la vida artística nacional. Las bellas artes y los sistemas de enseñanza son impulsadas desde la esfera oficial. Mención especial requiere la creación del Salón Nacional (1911), al cual concurrieron y obtuvieron lauros varios de los artistas autores de las obras que componen en un gran porcentaje las obras de la colección del Museo Vidal.
La modernización tuvo un giro en la época del Centenario de la Revolución de Mayo. A partir de las vísperas y como continuidad de la celebración se encaró la construcción de la nacionalidad desde el punto de vista cultural y simbólico –dentro de un sistema de profunda desigualdad regional. Formados en Europa o con maestros europeos, artistas nacidos en el país o inmigrantes han legado una obra contundente, que actualmente es interpretada como portadora de valores propios y singulares.
En esta construcción simbólica intervinieron diversos elementos: las tradiciones europeas, el sentimiento nacional y la conciencia del valor del creador. En la construcción de la imagen de Nación –nacionalismo artístico-, Mariana Giordano (2009)[1] observa la confluencia de dos planos: por un lado la obra de artistas que respondían a un discurso oficial tendiente a plasmar a héroes y hechos históricos señeros en la conformación de una Nación civilizada, y en otro plano la visión de artistas viajeros sobre el paisaje y las costumbres.
La preeminencia del primer plano en esta construcción hegemónica, con su centro en Buenos Aires, y la enseñanza académica de las artes – con el eje en la ciudad y sus habitantes- contribuirían a la instauración de una cultura nacional, disminuyendo las particularidades regionales – con el campo y el gaucho como protagonistas-.
Podemos afirmar, que sobre el valor artístico de la colección del Museo, prevalece el valor histórico y testimonial de un legado que reúne exponentes del arte argentino en los primeros años del siglo XX y un caudal muy importante de autores referenciales de las artes visuales de la provincia y de la región como aporte enriquecedor a su patrimonio, legitimado por la institución y por constituir un acervo fundacional de futuras adquisiciones.
El Museo Provincial de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal” reafirma su papel de institución artística relevante en la cultura provincial, regional y nacional, contribuyendo a la revalorización y consolidación de su lugar en la memoria colectiva sobre su patrimonio.