El disfrute de la obra de arte pasa por la comprensión de sus cualidades estéticas y formales, pero también, y en relación con éstas, de su contenido iconográfico, de su contexto histórico y de sus características técnicas.
Disponer de un esquema estructurado para este análisis-habitualmente intuitivo-nos acerca a identificar las claves de la obra en cada caso.
La comprensión y valoración de una obra de arte son fruto de un acercamiento a la misma que hemos de realizar por dos vías diferentes pero complementarias. La primera, que llamaremos intuitiva, podríamos definirla como la conmoción subjetiva, personal y difícilmente comunicable que sentimos ante el objeto artístico y nos permite aprehender su valor estético y establecer una vinculación emocional con el mismo. Se relaciona directamente con la sensibilidad del espectador, por lo que su disfrute depende del mayor o menor desarrollo de la misma y los gustos personales. Tiene un carácter directo e intuitivo.
La segunda vía, la reflexiva, es diferente. Supone un acercamiento a la obra de arte de modo racional, calmado y sin prejuicios. Se trata de una habilidad cuya adquisición requiere partir del conocimiento del lenguaje e intención del artista, así como la aplicación a su práctica de un método adecuado.
Proponemos un acercamiento a las obras de arte que componen el patrimonio del Museo Provincial de Bellas Artes "Dr. Juan R. Vidal".
ALEJANDO LOS MALOS ESPÍRITUS EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Una pintura de Ofelia Quiroga de Róveda que integra un conjunto de diecisiete obras con la temática de mitos y leyendas guaraníes, patrimonio del Museo de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal”, es analizada en el contexto de pandemia que atraviesa la humanidad.
Ofelia Quiroga de Róveda. Alejando los malos espíritus.1957, óleo sobre tela, 160 x 200 cm. Colección Museo Provincial de Bellas Artes "Dr. Juan R. Vidal"
Como un eco de una raza que poblara nuestro territorio y que dejara su impronta en la cultura de una amplia región nos llega esta invocación a los espíritus intentando alejar nefastas energías clamando purificación.
Ritualidades practicadas desde tiempos antiguos de la humanidad se replican en diversas culturas adquiriendo más o menos connotaciones que involucran desde oraciones o formulas, utilización de hierbas alucinógenas hasta gestualidades y sacrificios humanos o de animales.
En nuestros días la costumbre de la caña con ruda contiene la misma finalidad de alejar enfermedades y posibles males.
Centrándonos en la obra que nos interesa, la misma esta realizada con pintura al óleo sobre tela, siendo de considerables dimensiones, 160 x 200 cm, lo que permite visualizar con detenimiento vario detalles.
La escena se desarrolla en una composición apaisada en medio de la selva en la que cinco integrantes de la comunidad giran fumando y exhalando en torno a una choza y en la que observamos, quizás al chamán, sentado ante una fogata.
Los restos de un árbol caído en primer plano y las tonalidades frías de azules y violetas agregan dramatismo a la escena.
En el contexto de incertidumbre de la pandemia que nos toca transitar, esta obra nos comunica con estos tiempos inmemoriales en la que el ser humano en su búsqueda de conjurar tanto mal se aferra a ritos y costumbres con la esperanza de alejarlo.
LA CURACION QUE TODOS ESPERAMOS
Raúl Conti “La curación”, 1977, óleo sobre tela, 70 x 70 cm. Colección MPBA “Dr. Juan R. Vidal”
Esta obra de Raúl Conti, “La Curación”, obra del año 1977 y que forma parte del patrimonio del Museo de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal” gracias a la donación de su autor, nos presenta en este tiempo tan especial de pandemia una visión antropológica desde la magia ancestral del ser humano para combatir todo mal. Magia, creencias o fe en la sanación a través de algún intermediario han perdurado desde tiempos inmemoriales continuando hasta nuestros días y oficiando para muchas personas alternativas a los males que aquejan al cuerpo y al espíritu.
También las religiones han sido cruzadas con el pensamiento mágico confrontando el dogma con rituales paganos. Un papel preponderante juega el pensamiento y la sugestión que el curandero ejerce sobre el paciente. La palabra es la vía por excelencia en el ritual y su poder puede arrojar resultados asombrosos para la ciencia.
Amuletos, conjuros, plantas medicinales y otros objetos forman parte de una gran escenografía que es desplegada con fuertes ademanes y también con determinados sonidos. En la obra de Conti propiamente dicha analizamos en su estructura plástica sus componentes simbólicos materializados en un personaje central que sostiene un búho y a su izquierda otro con un instrumento musical en sus manos. Completan el cuadro un gran estandarte con otra figura de ave, plantas y un caldero con alguna poción mágica.
La geometrización y síntesis esquemáticas nos remiten a figuras del arte precolombino, la línea omnipresente delinea los perfiles La obra se resuelve en un simple pero efectivo cromatismo con tonos celestes y tierras.
Bernaldo Cesáreo de Quirós, “El embrujador”, óleo sobre tela. Colección Museo Nacional de Buenos Aires.
Traemos, a modo de comparación en lo temático, una obra de Cesáreo Bernaldo de Quirós “El embrujador”, un óleo sobre tela del año 1919. Artista costumbrista que plasmó en esta obra, la cual forma parte de la serie “Los gauchos”, a un personaje con una fuerte mirada y oscuros poderes presto a utilizar brebajes y, también aquí como en la obra de Conti, a un ave un gallo de riña
El fuerte arraigo del curandero como chaman o sacerdote poseedor de invisibles poderes capaces de conjurar males o enfermedades lo plasma aquí magistralmente Quirós en otro estilo plástico, pero igualmente con el mismo mensaje visual de que la curación a través de medios de un magnetismo mágico subyugante inducirá a quien lo invoque a restablecer la salud o resolver otras cuestiones.
El momento actual que vive la humanidad urge en la búsqueda de la tan ansiada curación de la pandemia y la historia más que nunca nos recuerda pestes y epidemias pasadas y cómo el hombre, esta vez sujeto al rigor de la ciencia ha logrado el descubrimiento de vacunas que han vencido a tantos males. La medicina en esa infatigable búsqueda quizás también es el eco de la voluntad y deseo de curanderos que desde diversas culturas y geografías invocaron a dioses y ancestros y se valieron de la sabiduría heredada a combatir los males y llevar esperanza a una comunidad, hoy una humanidad dolida que ruega y espera una cura.
Raúl Conti nació en Morteros, Córdoba en 1931. Muy joven, se radica en Itatí, Corrientes. En ese agreste rincón del Litoral habitado por gente sencillas, en un paisaje de río, montes y lagunas, entre seres, frutas y sol tropical, silenciosamente dialoga con la naturaleza, sus pinceles y colores.
Lo primero que se advierte recorriendo la obra de Raúl Conti es que, aun incursionando en la temática simbólica americana precolombina, su visión plástica lo hace un creador testigo de su tiempo en lo cualitativo esencial del arte moderno.
En las obras de este artista, se percibe una constante preocupación que impulsa a su quehacer artístico-plástico, con el fin de implantar lo cualitativo estético creando su necesario código intrínseco.
Varios años después se traslada a la ciudad de Rosario y luego a Buenos Aires, donde comienza a cimentar su trayectoria artística realizando innumerables exposiciones y viajes de investigación por toda Latinoamérica, estudiando el arte precolombino en sus propias fuentes.
Luego, recorre varios países de Europa estableciendo contactos y estudiando sus obras de arte en el mismo ámbito donde fueron creadas. Finalmente se radica en Nueva York, donde vive la mayor parte de su tiempo dedicado a su labor artística.
Actualmente reside alternativamente entre Buenos Aires y Nueva York. Ha expuesto en muestras individuales y colectivas en Argentina, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
Algunas de ellas de esas exposiciones se han desarrollado en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Museo Sívori; Museo Perlotti; Museo Saavedra, Museos de Mendoza; Santa Fe; Corrientes; Luján; Paraná, Chivilcoy; Queens Museum de New York; BID, Washington, DC; Museo de Guayaquil, Ecuador; Kulturcentrum, Ronneby, Suecia; Rutgers University, Newark Museum, NJ; Instituto Catalán de Cultura Hispánica, Barcelona, Ayuntamiento de Huelva, España; Museo de Ponce y Palacio Hotel, Puerto Rico.
Lic. Luis Bogado
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